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Listas de boda

Las listas de boda ya no se llevan. Pocas parejas que vayan a casarse optan por esta modalidad de regalo que seguramente sí que eligieron sus padres. ¿El regalo sustituto? Dinero contante y sonante que cada invitado ingresa en una cuenta bancaria. La desaparición de las listas ha sido progresiva y ha dejado una huella en el panorama comercial, donde tiendas especializadas que basaron su negocio en los regalos nupciales, ya cerraron sus puertas.

Las listas de boda fueron un auténtico éxito en la década de los sesenta. El tirón continuó en los años setenta e incluso ochenta. Uno de los establecimientos que vio un filón en este concepto de regalos fue Vinçon, que abrió en 1941. "Las listas de boda nacieron con la idea de que los invitados a una boda no repitieran regalo. En los años sesenta se convirtió en un auténtico fenómeno comercial que llevó a numerosas tiendas a organizar listas de boda", explica Ferran Amat, director de Vinçon. Amat afirma que llegó a ser lo que movía más volumen económico de todo el negocio.

El copropietario de Vinçon recuerda que sobre los años ochenta llegaron a tener alrededor de 200 listas de boda. Esa cifra ha bajado espectacularmente y este año apenas están gestionando una quincena. "En los años noventa empezó a notarse un bajón, yo creía que la gente ya no se casaba pero veo que me equivoco", bromea. A su juicio, muchas parejas ya viven juntas y tienen el piso arreglado antes de casarse. "Es frecuente que las parejas tengan hasta dos casas amuebladas porque cada miembro sale de otra relación", añade.

A la explicación sociológica se une una cuestión económica que ha llevado a preferir el regalo en la cuenta bancaria. Para Imma Armadans, profesora de psicología social de la Universitad de Barcelona, la causa principal que ha llevado a la desaparición de las listas se resume en que "las parejas son mucho más prácticas". En su opinión, "los regalos de las listas de boda son ineficientes para satisfacer nuevas necesidades vinculadas a los afectos y las nuevas experiencias vitales". "Hoy en día todo el mundo tiene de todo - prosigue- y ya ni tan sólo los objetos de lujo o de marca proporcionan autoestima psicosocial". En este sentido, "la gente prefiere acumular dinero para poder elegir libremente y satisfacer mejor las necesidades más vinculadas a los valores de nuestra época".

Estos nuevos tiempos han llevado a las tiendas a modificar el sistema de listas. Y, por supuesto, internet ha ayudado a agilizar los trámites. Sergio Amat, sobrino del primero y también director de Vinçon, explica que actualmente las listas que "funcionan bien son las de parejas que tienen familia o amigos en el extranjero; se conectan a internet y allí pueden ver todos los artículos, los precios y hacer su aportación". Aunque cada vez se contratan menos listas, éstas son cada vez más caras y oscilan entre los 6.000 y los 25.000 euros.

Uno de los clásicos establecimientos experto en estas lides es El Corte Inglés, que también se ha adaptado a los nuevos tiempos. Estos grandes almacenes siguen gestionando listas de boda, pero con una pequeña trampa. Se trata de listas ficticias. Existe un listado real con artículos reales, pero en el momento en que el invitado pone el dinero, éste va directamente al número de cuenta que los novios tienen abierto en el establecimiento. "De este modo, los novios acaban gastando el dinero recaudado en lo que ellos realmente quieren; son tarjetas que no caducan y pueden comprar en cualquier departamento: viajes, peluquería, supermercado...", explican fuentes de El Corte Inglés.

A pesar de que los novios pueden gastarse el dinero reunido en lo que ellos quieran, estos grandes almacenes obligan a confeccionar una lista de boda clásica con una serie de artículos que deben ser 20 como mínimo y ascender a 1.200 euros.

Desde el nacimiento de las listas en los años sesenta hasta ahora los matrimonios también han sufrido cambios. "Sobre todo ha cambiado la filosofía del hogar. Con la incorporación de la mujer al trabajo pierden valor artículos como la vajilla, la mantelería y cobra valor el concepto de usar y tirar", explica María Luisa Solé, profesora de teoría y técnicas de consumo de la Universidad de Barcelona. En su opinión, "estamos en la era del low cost o bajo coste en todo: viajes, muebles..., y hasta el concepto de matrimonio ha rebajado su valor: antes la gente se casaba para toda la vida y ahora lo hacen para un rato". "El concepto de matrimonio es más efímero y por lo tanto ya no tiene sentido hacer grandes listas de boda", sostiene.

En este sentido, la profesora Armadans considera que "si las parejas prefieren que les regalen dinero tiene que ver con los nuevos valores y las nuevas necesidades sociales basadas en la libertad, la igualdad y la búsqueda de la felicidad en un mundo en el que casi todo es incierto y lo único que queda es la experiencia vital".

Otro factor que Solé tiene en cuenta para explicar el descenso de las listas de boda es que "estamos en una sociedad cambiante en la que el 15% de la población es single - soltera- y otro 15% es inmigrante, y estos colectivos no hacen listas de boda".

Y al igual que la energía no desaparece sino que se transforma, lo mismo ocurre con las listas. Mientras las de boda están desapareciendo ganan terreno las de nacimiento. "El concepto es el mismo, que los amigos y familiares no repitan regalo cuando nace el niño. A veces los padres se encuentran con dos tronas o dos bañeras y eso unido con la necesidad de optimizar el tiempo y los esfuerzos lleva a muchos padres a abrir listas de nacimiento", explica Sergi Amat, de Vinçon.

Otra lista que en los últimos años gana clientes es la de comunión. Precisamente en estas fechas es cuando mayor número de listas de este tipo se confeccionan. "A diferencia de las de boda son regalos más tangibles que sí acaban llegando al niño o la niña ya que se trata de un reloj, una bicicleta o un mp3 y los invitados son familiares muy directos". También repuntan las listas de aniversarios, sobre todo los que celebran los 25 años de matrimonio.

Tanto en el caso de las listas de nacimiento, comunión o aniversario acostumbran a ser de las mismas parejas que años atrás hicieron sus listas de boda.






Fuente: LaVanguardia.es

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